El hidrógeno molecular (H2) es la molécula más pequeña que existe en la naturaleza.
Dado que también es un antioxidante, se deduce que es con diferencia el antioxidante más pequeño.
El H2, a diferencia de los antioxidantes más comerciales como la vitamina C y E, es tan pequeño y se encuentra en estado gaseoso que consigue penetrar a través de la pared del estómago para empezar a actuar inmediatamente en las células como un potente antioxidante.
El H2 también estimula la producción de otros antioxidantes naturales del organismo, como el glutatión.
El H2 es selectivo en sus objetivos. Esto es una gran ventaja porque sólo elimina los radicales libres dañinos y no afecta a los radicales libres útiles.
Hablamos mucho de los alimentos antioxidantes y todos sabemos a estas alturas que luchan contra los radicales libres y, por tanto, contra nuestro envejecimiento celular.
A lo que nunca prestamos atención, también por falta de comunicación en los medios, es a que la mayoría de los líquidos que bebemos son oxidantes: refrescos, bebidas gaseosas, bebidas deportivas y energéticas, agua del grifo, agua embotellada, zumos comerciales, todas son bebidas oxidantes.
En cambio, el agua alcalina ionizada, rebosante de hidrógeno molecular, es un potente antioxidante.